Elige un lugar fresco y bien iluminado, pero evita la luz solar directa y las fuentes de calor.

1. Usa agua fresca y limpia, preferiblemente a temperatura ambiente.

2. Añade el nutriente que a veces viene con el ramo o usa alternativas como una aspirina, un poco de vinagre blanco con azúcar o gaseosa de limón para oxigenar y nutrir.

3. Cambia el agua del jarrón cada dos o tres días y, si puedes, corta aproximadamente 1 cm de los tallos en diagonal cada vez.

-Retira las flores y hojas marchitas del jarrón para evitar la descomposición.

-Asegúrate de que el jarrón tenga suficiente agua para todas las flores y que no estén muy apretadas, permitiendo la circulación del aire.

-Limpia el jarrón a fondo antes de usarlo, especialmente si es reutilizado.